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La cirugía oncológica, al igual que los tratamientos para el cáncer, tiene sus beneficios, riesgos y efectos secundarios. Los tipos y la intensidad de los efectos secundarios varían de una persona a otra según el tipo y la ubicación del cáncer, el tipo de cirugía y la salud general de la persona. Si usted y su médico deciden que la cirugía será parte de su tratamiento para el cáncer, se le brindará información sobre todos los aspectos del tratamiento quirúrgico antes de que otorgue el consentimiento para la cirugía, incluidos los efectos secundarios que pueda experimentar.
Con los avances recientes en las técnicas quirúrgicas, como la cirugía mínimamente invasiva, los efectos secundarios de la cirugía, por lo general, son más leves que en el pasado y los pacientes se pueden recuperar más rápido. Además, los médicos han hecho importantes progresos en los últimos años en cuanto a reducir el dolor y otros efectos secundarios físicos de todos los tipos de cirugía. Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas,cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier efecto secundario de la cirugía que pueda experimentar, incluidos cualquier efecto secundario nuevo o algún cambio en los efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la cirugía oncológica pueden incluir los siguientes:
Dolor. Es común sentir cierto dolor después de cualquier cirugía. La cantidad y el lugar del dolor dependen de muchos factores, incluidos el lugar del cuerpo en donde le realizaron la cirugía, el tamaño de la incisión, la cantidad de tejido extraído y si tenía dolor antes de la cirugía. El dolor después de la cirugía disminuye gradualmente a medida que el cuerpo se recupera. Mientras tanto, el médico puede darle analgésicos para reducir las molestias.
Fatiga. Muchos pacientes se sienten muy cansados después de una cirugía mayor, en especial, cuando la cirugía comprende el abdomen o el tórax. Esto se debe a una combinación de factores, incluida la anestesia, la tendencia del cuerpo a desviar la energía al lugar de la cirugía para ayudar con el proceso de curación, la reducción de la cantidad de alimento consumido en el período inmediatamente posterior a la cirugía y el estrés de la cirugía. Normalmente, la fatiga desaparece en forma gradual, en el término de dos a cuatro semanas después de la cirugía.
Pérdida del apetito. Es muy frecuente tener poco apetito después de una cirugía, especialmente cuando se utilizó anestesia general, y puede estar asociado con una pérdida de peso temporal. La mayoría de los pacientes recuperan el apetito y vuelven a su peso normal a media que desaparecen los efectos de la anestesia.
Hinchazón alrededor del lugar de la cirugía. Es natural experimentar cierta hinchazón después de cualquier procedimiento quirúrgico. Un corte quirúrgico en la piel, también llamado incisión, es una forma de lesión al cuerpo, y la respuesta natural del cuerpo a una lesión es el proceso inflamatorio que provoca hinchazón. La hinchazón se produce porque un líquido que contiene químicos provenientes de los glóbulos blancos se acumula en los tejidos lesionados para atacar las sustancias extrañas. A medida que se produce la curación después del procedimiento quirúrgico, normalmente, la hinchazón desaparece.
Drenaje del lugar de la cirugía. En ocasiones, el líquido que se acumula en el lugar de la cirugía drena a través de la herida quirúrgica. Si el drenaje huele mal o está acompañado de fiebre o enrojecimiento, puede ser un signo de infección y debe comunicarse con el consultorio del cirujano para ser evaluado.
Hematoma alrededor del lugar de la cirugía. Después de cualquier incisión quirúrgica, puede haber derrame de sangre de los pequeños vasos sanguíneos debajo de la piel. Esto puede generar un hematoma, que es un suceso frecuente después de un procedimiento quirúrgico. Sin embargo, si el hematoma está acompañado por una hinchazón significativa, comuníquese con el consultorio del cirujano para ser evaluado.
Sangrado. En casi todos los procedimientos quirúrgicos, hay cierta pérdida de sangre. A menudo, la pérdida de sangre es mínima y no afecta la función normal del cuerpo. Sin embargo, con frecuencia, en algunos procedimientos quirúrgicos se pierde una mayor cantidad de sangre y el equipo quirúrgico puede tener sangre disponible para una transfusión si es necesaria. En ocasiones, se puede experimentar algo de sangrado de la herida después de un procedimiento quirúrgico. Si esto sucede, se debe cubrir con un apósito limpio y seco, y comunicarse al consultorio del cirujano. Si se produce una gran cantidad de sangrado, es útil aplicar presión hasta que pueda ser evaluado en el consultorio del cirujano o en la sala de emergencias local.
Infección. Esto se puede producir en el lugar de la incisión, pero también en cualquier parte del cuerpo. Los cirujanos tienen mucho cuidado de minimizar el riesgo de infección durante la operación; además, el equipo de atención médica le enseñará cómo prevenir la infección durante la recuperación mediante el debido cuidado de sí mismo. Los signos de infección en una incisión quirúrgica incluyen enrojecimiento, calor, aumento de dolor y, a veces, drenaje de la herida. Si se producen estos signos, comuníquese con el equipo de atención quirúrgica para que le evalúen la herida. Por lo general, los antibióticos funcionan bien para tratar la mayoría de las infecciones.
Linfedema. Este es otro efecto secundario frecuente que se puede producir después de una disección de los ganglios linfáticos, que es la extracción de dichos ganglios. Los ganglios linfáticos son órganos diminutos con forma de frijol que ayudan a combatir la infección filtrando bacterias y otras sustancias peligrosas del líquido linfático, un líquido incoloro que contiene glóbulos blancos y circula a través de la mayoría de los tejidos del cuerpo. En ocasiones, cuando los ganglios linfáticos se extirpan, se acumula líquido linfático en los tejidos circundantes y provoca la hinchazón de estos. Esta hinchazón se denomina linfedema y puede generar molestias y tensión. También puede limitar el movimiento y la función del área afectada, como un brazo o una pierna. Es posible que necesite una terapia específica para controlar este efecto secundario. Consulte al equipo de atención quirúrgica sobre el riesgo de sufrir linfedema antes de la extracción de los ganglios linfáticos.
Disfunción de los órganos. Algunas veces, la cirugía oncológica en ciertas áreas del cuerpo, como el abdomen o el tórax, puede ocasionar problemas temporales con los órganos de dicha área. Por ejemplo, cuando se realiza una cirugía en el abdomen, el intestino puede quedar paralizado durante poco tiempo y no permitir que el líquido y el gas de los alimentos pasen a través de los intestinos. Esto se denomina íleo u obstrucción intestinal y puede provocar náuseas y vómitos, calambres en el estómago y distensión abdominal hasta que el intestino comience a funcionar nuevamente. La disfunción de los órganos después de la cirugía, generalmente, es temporal y desaparece a medida que avanza el proceso de curación.[:en]
Cancer surgery, like all cancer treatments, has its benefits, risks, and side effects. The types and intensity of side effects vary from person to person based on the type and location of the cancer, the type of surgery, and the person’s overall health. If you and your doctor decide that surgery will be a part of your cancer treatment, you will be given information about all aspects of your surgical treatment before you consent to surgery, including the side effects you may experience.
With recent advances in surgical techniques, such as minimally invasive surgery, the side effects of surgery are often milder than they were in the past, and patients may recover faster. In addition, doctors have made major strides in recent years in reducing pain and other physical side effects from all types of surgery. Relieving side effects, also called symptom management, palliative care, or supportive care, is an important part of cancer care and treatment. Talk with your health care team about any side effects from surgery you may experience, including any new side effects or a change in side effects.
Common side effects of cancer surgery
Side effects of cancer surgery may include the following:
Pain. It is common to have some pain after any surgery. The amount and location of the pain depends on many factors, including where on the body you had surgery, how large the incision was, how much tissue was removed, and if you had pain before surgery. Pain after surgery lessens gradually as the body heals. In the meantime, your doctor may give you pain medications to decrease your discomfort.
Fatigue. Many patients feel very tired after major surgery, especially when the surgery involves the abdomen or chest. This is due to a combination of factors, including the anesthesia, the body’s tendency to divert energy to the site of the surgery to help with the healing process, the reduction in the amount of food eaten in the period immediately after the surgery, and the stress of the surgery. Fatigue usually goes away gradually, within two to four weeks after surgery.
Appetite loss. Poor appetite after surgery is very common, especially when general anesthesia was used, and it may be associated with temporary weight loss. Most patients regain their appetite and return to their normal weight as the effects of the surgery wear off.
Swelling around the site of surgery. It is natural to experience some swelling after any surgical procedure. A surgical cut in the skin, also called an incision, is a form of injury to the body, and the body’s natural response to injury is the inflammatory process, which results in swelling. Swelling occurs because fluid containing chemicals from white blood cells accumulates in the injured tissues to attack foreign substances. As the healing occurs after the surgical procedure, the swelling usually goes away.
Drainage from the site of surgery. Sometimes the fluid that accumulates at the surgery site drains through the surgical wound. If the drainage smells bad or is accompanied by a fever and redness, it may be a sign of infection, and you should contact your surgeon’s office to have it evaluated.
Bruising around the site of surgery. After any surgical incision, there may be some leakage of blood from the small blood vessels under the skin. This can cause bruising, which is a common occurrence after a surgical procedure. However, if the bruising is accompanied by significant swelling, contact your surgeon’s office to have it evaluated.
Bleeding. In nearly every surgical procedure, there is some blood loss. Often, the blood loss is minimal, and it does not affect the normal function of the body. However, some surgical procedures commonly result in the loss of a larger amount of blood, and the surgical team may have blood available for transfusion if it is needed. Occasionally, you may experience some bleeding from the wound after a surgical procedure. If this occurs, cover it with a clean, dry dressing, and contact your surgeon’s office. If there is a large amount of bleeding, it is helpful to apply pressure until you can be evaluated in your surgeon’s office or the local emergency room.
Infection. This may occur at the site of the incision, but it can also occur elsewhere in the body. Surgeons take great care to minimize the risk of infection during the operation, and your health care team will teach you how to prevent infection during recovery through proper care for yourself. Signs of infection in a surgical incision include redness, warmth, increased pain, and sometimes, drainage from the wound. If these signs occur, contact your surgical care team to have the wound evaluated. Antibiotics generally work well to treat most infections.
Lymphedema. This is another common side effect that may occur after a lymph node dissection, which is the removal of lymph nodes. Lymph nodes are tiny, bean-shaped organs that help fight infection by filtering bacteria and other harmful substances from the lymph fluid, a colorless fluid containing white blood cells that travels through most tissues of the body. Sometimes, when the lymph nodes are removed, lymphatic fluid collects in the surrounding tissues, causing them to swell. This swelling is called lymphedema, and it can result in discomfort and tightness. It can also limit the movement and function of the area affected, such as an arm or leg. You may need specific therapy to manage this side effect. Talk with your surgical care team about the risk of lymphedema before having any lymph nodes removed.
Organ dysfunction. Sometimes, cancer surgery in certain areas of the body, such as the abdomen or chest, may cause temporary problems with the organs in that area. For example, when surgery is performed in the abdomen, the intestine may become paralyzed for a short time, not allowing the food fluid and gas to pass through the bowels. This is called an ileus or bowel obstruction, and it can result in nausea and vomiting, stomach cramps, and bloating until the bowels begin to function again. Organ dysfunction after surgery is usually temporary, and it generally goes away as the healing process proceeds.
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